miércoles, 30 de septiembre de 2009
Las Montañas Watermelon
He vuelto, desde la distancia propiciada por todo un océano, pero aquí estoy igualmente, perdida en este desierto llamado estepa rodeado, entre otras, por esas bonitas montañas, donde todo es tan grande, especialmente las distancias, y la gente te sonríe, te ayuda, y te acoge sin esperar nada a cambio.
Pero esta es la impresión de tan sólo dos días. ¿Quién sabe cómo se revelará este extraño territorio en los meses que aún me quedan por delante?
Ya tengo la lengua quemada de tanto chili, espero que pronto me haga callo y deje de sentirlo algo... También tengo la cartera llena de números porque aquí todo el mundo te da su número/email/skype para quedar a tomar un café, o hablar de espiritualidad/religión, que es la otra tendencia. Además tengo habitación, que no cama, ni sábanas, ni cortinas por cierto. Mañana creo que volveré a lanzarme a la aventura que es viajar en autobús en este país y buscaré alguna tienda/mall donde poder adquirir todos esos productos y más.
Poco más puedo contar, mis 4 futuras compañeras de casa son a cada cual más variopinta, pero aún no sé si eso es algo bueno, malo o indiferente. Esperemos que cuanto menos sea interesante.
Y hasta aquí puedo leer, otro días más, espero.
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